Commodities

El clima sostiene los precios externos del trigo

Guillermo Rossi

El hemisferio norte se acerca al comienzo de un empalme de cosechas que se desarrollará con escasos inventarios remanentes en países exportadores, con la sola excepción de Estados Unidos. Según las actuales proyecciones del USDA, al 31 de mayo quedarán stocks por 182 millones de toneladas a nivel mundial, en fuerte retroceso interanual. Aproximadamente un tercio de esa cantidad se encuentra en poder de China, aunque las estimaciones para aquel país -el mayor consumidor del cereal- no lucen del todo confiables para el mundo occidental.

Los países del este europeo han efectuado una profunda liquidación de sus existencias en los primeros meses de la campaña, aprovechando la firme demanda y los precios en alza. Entre julio y noviembre de 2012 embarcaron más de 20 millones de toneladas -casi la totalidad de sus saldos exportables-, quedándole muy poca mercadería para negociar durante el resto del ciclo comercial. Aun así, tanto Rusia como Ucrania anunciaron recientemente su regreso al comercio exportador de cara al inicio del mes de mayo, aunque con posibilidad de exportar conjuntamente bastante menos de 1 millón de toneladas.

Igualmente, esta medida tuvo gran acogida en el mercado internacional, aunque no para los exportadores de la Unión Europea y Estados Unidos, que enfrentarán mayor competencia. Los precios del trigo procedente de puertos del Mar Negro y colocado en el norte de África se encuentran cerca de u$s 30/ton por debajo del trigo blando norteamericano. Aun así, Estados Unidos sigue siendo el origen más económico para grandes embarques, en buques Panamax. El precio FOB Golfo de México del trigo blando cotiza por debajo de u$s 300/ton para embarque cercano, con un diferencial de u$s 10/ton por encima de los valores de cosecha nueva.

Durante los próximos dos meses persistirá la tensión entre la oferta y la demanda mundial, esperándose el regreso de algunos países importadores recién con el comienzo de la nueva campaña. Sin embargo, lo que originalmente se creía que sería una gran recuperación de la producción mundial -trepando más de 35 millones de toneladas- esta ahora bajo el veredicto final del clima.

En Estados Unidos la campaña partió con las peores condiciones climáticas de las últimas décadas, tras la prolongada sequía que castigó la evolución de los cultivos de cosecha gruesa durante el último verano. La continuidad de la sequía y el posterior clima frío impactaron muy negativamente sobre el trigo de invierno, que por estos días sólo muestra un tercio de la superficie en condiciones buenas o excelentes, frente a casi dos tercios a la misma fecha del año anterior.

Con el objeto de evaluar el estado general de los cultivos en Kansas -distrito que representa el 22% del área sembrada en Estados Unidos- durante esta semana se desarrolló una recorrida a campo, que acabó estimando una producción de 8,5 millones de toneladas y rindes de 27,5 qq/ha, aunque altamente fluctuantes. En el oeste de ese distrito hay lotes extremadamente debilitados, mientras que en el sur hay campos con potencial de superar los 50 qq/ha gracias a condiciones puntuales. La cosecha anual promedio de Kansas en los últimos cinco años es de 9,5 millones de toneladas.

A nivel nacional, la firma Informa Economics actualizó su estimación de cosecha de trigo de invierno a 41,6 millones de toneladas, en baja desde las 43 millones que estimaba previamente. Según el USDA, el año pasado las cosechas de trigo duro, blando y blanco totalizaron casi 46 millones de toneladas.

A esta situación se agregan los problemas que se presentan en Australia para dar comienzo a la siembra. El clima extremadamente seco que está sufriendo la costa este amenaza con significar enormes pérdidas de productividad, a menos que aparezcan lluvias sustanciales durante las próximas semanas. Los estados más comprometidos son New South Wales y Victoria, ambos ubicados en el extremo sudeste del país, donde se encuentran los principales centros poblados.

La situación de nuestro país también es preocupante para los mercados externos, puesto que las primeras evidencias de cara a la nueva campaña no advierten una recuperación generosa del saldo exportable. Durante el año 2012 Argentina exportó casi 11 millones de toneladas de trigo como grano y cerca de 900.000 toneladas de harina, mientras que durante el presente año ambas cifras caerían a apenas un tercio de aquellos registros.

Los productores locales no cuentan con la motivación ni la capacidad para tomar los riesgos necesarios para afrontar otro año en el que el cereal no asegura fluidez comercial, pese al anuncio ya formulado del cupo de exportación de 5 millones de toneladas de trigo nuevo. Es posible que años de cambiantes reglas de juego tengan consecuencias duraderas sobre este mercado.

Los trabajos de siembra son muy incipientes en el sur de la provincia de Buenos Aires, bajo condiciones muy buenas para la implantación y perspectivas de clima neutral para el desarrollo de los cultivos. Si bien transcurrieron varios días sin lluvias hasta mediados de esta semana, las reservas de agua en los suelos son abundantes y el potencial de rindes se mantiene elevado. En tanto, en Santa Fe el panorama dista de ser concluyente y la demanda de insumos no repunta del todo. Lo que sí se destaca es que caería en esta región el área destinada a la cebada, que no logró buenos resultados durante el ciclo pasado.

La justeza con la que se espera que concluya la hoja de balance de la presente campaña genera precios atractivos, al menos en perspectiva de los últimos años. Las actuales proyecciones del Ministerio de Agricultura avizoran un stock de 300.000 toneladas al 30 de noviembre de 2013, aunque es probable que este número se ajuste al alza en futuras estimaciones. Si llegase a ser ese el stock final, significaría una profunda caída respecto de la cifra de cierre de la campaña 2011/12, que el Ministerio estima en 1,4 millones de toneladas.

Sobre el final de la semana la exportación pagaba abiertamente u$s 180/ton con entrega en diciembre y enero en Bahía Blanca, valor que mejoraba hasta u$s 185/ton en diciembre en Puerto Gral. San Martín y Arroyo Seco. Según trascendió, habría otros compradores en condiciones de pagar u$s 195 y hasta u$s 197/ton, en línea con el mercado a término. De hecho, a lo largo de la semana Rofex negoció 1.890 toneladas a valores cercanos a u$s 195/ton, al igual que los futuros del Mercado a Término de Buenos Aires con entrega en Dársena.

Los negocios son escasos ya que los números no cierran con facilidad para quienes trabajan en campo alquilado. Los costos directos de explotación -que incluyen semilla, labranzas, agroquímicos, fertilizantes y cosecha- superan los u$s 400 por hectárea, que sumados al arrendamiento obligan a obtener rindes largamente superiores a 40 qq/ha para no perder dinero. Si bien este escenario productivo no es improbable en zonas muy fértiles, la estrechez financiera de muchos productores ha incrementado la aversión al riesgo. La siembra debería despegar definitivamente dentro de dos semanas.