Economía

La cadena de granos y carne


A partir del presente Informativo, presentaremos un informe quincenal referente a la cadena de ganados y carnes. La tradicional relevancia de la misma en la estructura económica de nuestro país, junto con los importantes cambios acontecidos en su seno en los últimos tiempos, justifican la necesidad de contar con información sistemática sobre la ganadería bovina y la industria de la carne.

El sector ganadero ha atravesado en los últimos lustros cambios estructurales, en el sentido que no es posible estudiar la realidad de hoy a la luz de verdades pasadas. Este nuevo paradigma impone la necesidad de incorporar otras variables a la hora de analizar la realidad del sector. Entre los principales cambios estructurales recientes se destacan: 1- el gradual desplazamiento de la actividad ganadera fuera del corazón de la Pampa Húmeda, 2- la transformación del sistema de engorde de pasturas con suplementación al engorde en confinamiento, 3- la inversión extranjera en la industria cárnica, 4- los nuevos sistemas de comercialización, y 5- la tendencia a una mayor elasticidad-precio en la demanda interna.

Respecto al desplazamiento geográfico de la actividad, a pesar de que la Pampa Húmeda (Buenos Aires, La Pampa, Córdoba, sur de Entre Ríos y sur de Santa Fe) continúa siendo la región con mayores existencias ganaderas, su carga de hacienda ha caído en los últimos años a la vez que aumentaba en provincias extra-pampeanas (Salta, Santiago del Estero, San Luis, Corrientes, Chaco, Formosa, entre otras). Entre los motivos por los cuales se dio esta relocalización de la hacienda en el país, encontramos el incremento en la rentabilidad de la agricultura (principalmente granos gruesos) que, junto con los desincentivos a la capitalización de los rodeos, han provocado un efecto sustitución en el uso de la tierra favoreciendo el cultivo a expensas de la producción ganadera siempre que ello fuera posible. Una de las consecuencias es la caída en indicadores productivos claves, ya que la producción se realiza más eficientemente en área central del país.

En cuanto a la transformación del sistema de engorde, los feedlots han ido adquiriendo una participación cada vez mayor, de la mano de un cambio en las preferencias de los consumidores que se inclinan por una mayor terneza (grasa intramuscular) y de la política gubernamental de subsidios a la actividad. Mientras que otrora el método indiscutido de alimentación animal con el objeto de conseguir el peso suficiente para faenarlo se basaba en pasturas naturales suplementadas con granos, hoy una gran parte de la hacienda se termina en corrales antes ser llevados a las plantas industriales.

El tercer punto referente a la IED (inversión extranjera directa) en la industria hace referencia al incremento de la participación de capitales foráneos en las plantas frigoríficas durante la última década. Según un estudio del Sr. Marcelo Rossi citado por el diario La Nación el 07 de junio de 2011, el porcentaje de las exportaciones realizadas por frigoríficos de capital extranjero pasó del 27% en 2005 al 38% en 2010, a pesar de que las ventas al exterior cayeron un 51% en el mismo período, si se toman toneladas peso producto (sin hueso) y se dejan de lado los productos termoprocesados. En particular, dicho porcentaje de las exportaciones quedaron en manos de cinco grupos extranjeros: JBS y Marfrig de Brasil, Cargill (Finexcor) y Tyson Foods (Exportaciones Agroindustriales Argentinas) de Estados Unidos, y Carrefour (INC) de Francia.

En relación al siguiente punto, los cambios en el sistema de comercialización, es imperioso remarcar la transformación que ha significado para la cadena la aparición de mercados electrónicos de hacienda, entre los cuales nuestra Institución ha sido pionera al lanzar ROSGAN®. El mercado televisado ha traído muchos beneficios al mercado, principalmente por la difusión de precios competitivos, la congregación de una gran cantidad de compradores y vendedores, el ahorro en costos de transporte que permite al productor obtener mejores precios de venta, y las ganancias en bienestar animal gracias a las menores distancias recorridas. Sin duda, éste es el puntapié inicial de una transformación sustancial en la forma de comprar y vender hacienda, que suma transparencia y acerca información muy valiosa a todos los participantes.

Finalmente, la tendencia a una mayor elasticidad- precio de la demanda de carne vacuna hace referencia a la observación que esta incipiente fase de retención que comenzara un año atrás (luego de una de las más bruscas liquidaciones de hacienda en la historia de nuestro país) trajo aparejada una muy fuerte caída del consumo. En lo que va del 2011, el consumo per cápita anual promedió los 55,4 kg según datos de CICCRA, lo cual representa una caída del 14,7% respecto al año anterior (se redujo 9,5 kilos) y del 20,17% respecto al máximo del 2009 (- 14 kilos). Para dimensionar esta disminución, niveles tan bajos no se registraban desde la década de 1920. La merma en el consumo está fuertemente asociada a dos factores. En primer lugar, al incremento de los precios motivado por la estrepitosa caída de las existencias como consecuencia de una política que incentivó la faena por sobre la producción primaria, los efectos de la fuerte sequía del 2008 y la alta rentabilidad de cultivos agrícolas que compiten por el uso del suelo. En segundo lugar, la fuerte reacción del consumo ante el aumento del precio se vio facilitada por la mayor disponibilidad de productos sustitutos, especialmente carne aviar.