Finanzas

Se reinstala el pánico en la escena financiera


Los analistas desde hace tiempo perciben que se transita por momentos difíciles en el mundo de las finanzas, originados en los problemas fiscales que persiguen a la eurozona y el débil desempeño de la economía norteamericana. El reflejo de ello ha sido, en el transcurso de los últimos meses, la tendencia declinante que ha caracterizado a los principales índices accionarios de referencia internacional y el auge de productos que se emplean como reserva de valor. Sin embargo, nada hacía pensar que hechos propios de una crisis financiera fuera de control habrían de repetirse con la intensidad que lo hicieron en las últimas jornadas.

Los mercados mundiales tuvieron una semana al rojo vivo, con epicentro en el día jueves, que exhibió el comportamiento negativo más acentuado del año. El temor a que la eurozona caiga nuevamente en una recesión, arrastrando a gigantes como España e Italia, está más presente que nunca luego de que Jean-Claude Trichet -presidente del Banco Central Europeo- afirmara que "la incertidumbre es particularmente alta", reconociendo además que el crecimiento europeo se está desacelerando.

Pero el problema de fondo es la ausencia de instrumentos de política para salir de la presente coyuntura, habida cuenta de que las tasas de interés se encuentran en niveles excesivamente bajos y los estímulos fiscales complican aún más las arcas públicas.

El panorama de situación que atraviesa el mundo, cuya resolución posiblemente demande mucho tiempo, esfuerzo y consenso, pone de manifiesto un corolario que destacan los manuales de economía y que muchos gobiernos no han hecho esmero en cumplir: la necesidad de alcanzar superávit fiscal y asegurar una tasa de interés levemente positiva. El incumplimiento de estos preceptos por parte de gobiernos -a menudo irresponsables- ha conducido a la economía mundial a un callejón de difícil salida. Tales preceptos básicos, lejos de encontrarse en decadencia, se ven fortalecidos en el actual escenario de crisis.

Tomando la referencia internacional que significa el índice Dow Jones Industrials, al día viernes se observa un descenso en nueve de las últimas once jornadas, derrotero en el cual se perdió un 10%. El jueves, por su parte, las caídas llegaron al 4,3%, siendo la peor sesión desde aquella debacle financiera que originara la caída del gigante banco de inversión Lehman Brothers en 2008. Naturalmente, se trató de la peor semana del año, llegándose al viernes a los 11.444,61 puntos, un cierre 5,75% inferior al alcanzado siete días antes. La abrupta caída llevó al terreno negativo las variaciones preliminares de 2011.

Hacia el final de la semana, no obstante, cifras alentadoras sobre el mercado laboral en Estados Unidos parecían poner paños fríos al escenario de pesimismo imperante. De hecho, se observó una ligera disminución en la tasa de desempleo, estimada ahora en 9,1%. Sin embargo, la respuesta fue tibia, ya que se aguarda por señales más contundentes.

El mercado local, por su parte, no pudo mantenerse aislado de las escenas de pánico que llegaban desde el exterior, tendencia reafirmada por datos puntuales que condicionaron al índice MERVAL. Las pérdidas semanales llegaron nada menos que al 7,65%. En particular, el gran perdedor de la semana fue Tenaris (TS), que registró un descenso de nada menos que el 15,2%, explicado en un decepcionante balance. La estrepitosa caída del precio del petróleo también contribuyó a generar presión sobre este papel.

De cara a las próximas semanas es posible que el mercado local se vea condicionado por el escenario electoral que se avecina para Argentina, que comúnmente alienta a los inversores a mantenerse alejados a fin de no tomar grandes riesgos. El comportamiento del MERVAL sigue siendo bajista en lo que ha transcurrido del año, puesto que el viernes se alcanzó un cierre de 3.067,61 puntos, en baja 13% durante el transcurso de 2011. Posiblemente deba esperarse a que se aclare el panorama económico internacional para observar una reversión de esta tendencia.