Economía

La fuga de dólares y la inflación


En los últimos años, y tal como se puede ver en el artículo anterior, la balanza cambiaria ha mostrado una salida de dólares que se visualiza en la cuenta de capitales del sector privado no financiero. Desde el año 2007 y hasta el primer semestre del corriente año la salida fue de algo más de 66.000 millones de dólares, cifra a la que hay que agregar la fuga que se produce en este segundo semestre que seguramente superará los 10.000 millones de dólares.

¿Cuál es la razón para esta salida o cambio de portafolio del sector privado no financiero?

La razón fundamental es la inflación, que es una característica de la economía argentina desde su inicio.

Recordemos que la moneda de nuestro país se creó en 1881 y que en ese año la relación era la siguiente: 1 peso papel = 1 peso oro = 0,965 dólar estadounidense.

Desde ese año y hasta 1892 el peso moneda nacional se depreció casi cuatro (4) veces. A posteriori, y hasta 1899, el peso se apreció, lo que permitió el funcionamiento de la Caja de Conversión en 1900 con una relación de 2,27 pesos papel = 1 peso oro.

A pesar de las vicisitudes de primera guerra mundial y de los difíciles años que le siguieron, hacia 1929 la mencionada relación cambiaria se mantenía.

En 1935 la Caja de Conversión, que ya había dejado de funcionar, fue sustituida por el Banco Central y ya con el nacimiento de esta institución se valorizó el oro (es decir, se depreció el peso) hasta una relación con la moneda estadounidense cercana a 4 pesos = 1 dólar.

Desde la década del '40 hasta la actualidad la moneda argentina se depreció 10 billones de veces, siendo corregida en varias oportunidades con la quita de trece (13) ceros. Es decir que desde la creación del peso en 1881 hasta el día de hoy nuestra moneda se depreció cerca de 40 billones de veces.

Ha habido grandes inflaciones en la historia mundial como las ocurridas en distintos países a posteriori de la guerra de 1914-18, o la inflación china de fines de los '40, pero la más impactante y que ha dado lugar a varios libros sobre la misma es la gran inflación alemana de 1923.

Cuando se inició la guerra, en 1914, la relación cambiaria entre el Reichmark y el Dólar estadounidense era de 4,2 unidades de la moneda alemana contra 1 unidad de la moneda del país del norte. A fines de 1923 la relación era de alrededor de 4,2 billones de Reichmark = 1 dólar. Decimos alrededor porque existían variaciones importantes entre las cotizaciones en los distintos mercados. En el estallido inflacionario de octubre de 1923 los precios aumentaron alrededor de 25.000 % en un solo mes.

Se ha escrito sobre la mencionada hiperinflación una serie de libros, entre ellos el de C. Bresciani- Turroni, "The Economics of Inflation" (1931) y el de Frank D. Graham, "Exchange, Prices, and Production in Hyper-Inflation Germany 1920-23" (1930) en donde se discuten ampliamente las causas del fenómeno y las medidas que se tomaron para erradicarlo. La causa fundamental radicó en los déficits presupuestarios y en la emisión monetaria, y solamente pudo corregirse a través de una política de ajuste.

Pero como se puede deducir de los datos anteriores, si es verdad que la inflación alemana duró pocos años y fue muy aguda, la inflación sufrida por Argentina es más crónica y con efectos mayores en el largo plazo (la relación es que en un período más largo, 50 años contra 5 años aproximadamente, la inflación argentina fue 40 veces mayor.

Es por razones semejantes a las anteriores, que los economistas han buscado desarrollar algún sistema monetario que erradicase la inflación en el mundo. A este respecto, hagamos algunos comentarios sobre la competencia de monedas.