Commodities

Panorama ajustado a punto de comenzar la siembra de maíz

Guillermo Rossi

Los futuros de maíz finalizaron una semana positiva en el mercado de Chicago, encontrando un nivel de soporte de u$s 180/ton en los contratos con entrega en septiembre. La considerable retracción de la oferta y el gran interés de la demanda cuando los precios penetran esa barrera permitieron un sostenimiento de las cotizaciones desde el punto de vista técnico, predominando sobre fundamentos que continúan siendo mayormente bajistas.

La acción compradora de los fondos especulativos contribuyó a sostener los precios en las ruedas posteriores al martes, a través de cobertura de posiciones vendidas frente al eventual daño sobre la cosecha que podría surgir con la llegada de un clima más seco en las regiones productoras. Sin embargo, algunos meteorólogos anticipan mayor probabilidad de lluvias hacia finales de la próxima semana, calmando el nerviosismo de los operadores.

Si bien el Departamento de Agricultura norteamericano redujo su estimación de producción hasta 349,6 millones de toneladas, algunos analistas estiman rindes por hectárea superiores a los consignados en el reporte mensual. Las condiciones generales de evolución de los cultivos son muy favorables y pese a la ausencia de lluvias durante algunos tramos del mes de julio, las temperaturas se mantienen por debajo de los extremos observados el año pasado. El último informe semanal del NASS ubicó en 64% la proporción de superficie maicera en situación buena o excelente.

Durante la semana se conoció que los productores norteamericanos no pudieron sembrar casi 1,4 millones de hectáreas de maíz debido al clima adverso entre abril y junio, solicitando la correspondiente ayuda al sistema de seguros que garantiza la Farm Bill. Dicha cifra se encontró muy por encima de lo esperado y brindó cierto sostén a los precios en la rueda del jueves, aunque recién será plasmado en las estimaciones del USDA en el mes de septiembre.

En la hoja de balance mundial no hubo cambios significativos respecto de las proyecciones de julio, con la posible excepción del panorama productivo de Ucrania. El resultado de su cosecha será más abultado de lo anticipado tras las revisiones al alza tanto en la superficie como en los rendimientos. El saldo exportable de aquel país se avizora en 18 millones de toneladas, igualando a Brasil y quedando ligeramente por debajo de las estimaciones para Argentina.

Ucrania se posiciona como un proveedor de creciente confiabilidad en el mercado internacional, incluso con posibilidades de inserción regular en el mercado chino. En el caso de nuestro país, se especula que las ventas del cereal hacia el gigante asiático podrían trepar hasta un millón de toneladas en el próximo ciclo, luego de que las autoridades de aquel país autorizaran el primer embarque con mercadería genéticamente modificada durante el curso de esta semana.

Los guarismos del USDA esbozados para Argentina en la campaña 2013/14 no fueron modificados, esperándose un récord de producción de 27 millones de toneladas. Dicho volumen se podrá alcanzar con 3,5 millones de hectáreas con finalidad comercial y rindes promedio superiores a 77 qq/ha. Sin embargo, las primeras evidencias que arroja la pre-campaña advierten un retroceso más significativo del área de intención, castigada por la pronunciada caída de los precios a cosecha y la suba de muchos costos de producción y comercialización.

El cultivo de maíz presenta márgenes muy ajustados de cara a la nueva campaña. Los costos de transporte dificultan la viabilidad de las explotaciones ubicadas en zonas marginales, sólo destacándose un potencial de beneficios relativamente atractivo en el sur de Santa Fe, sudeste de Córdoba, oeste de Entre Ríos y el norte y sudeste de Buenos Aires. Las zonas más complicadas son el NOA y NEA, donde se destaca un potencial de caída considerable del área sembrada.

En los planteos de maíz en campo arrendado ha ganado popularidad el trabajo a porcentaje, buscando una mayor diversificación de los riesgos en conjunto con el beneficio que significa la rotación de los suelos. Los contratos no están estandarizados y dependen de la escala de producción, las condiciones edáficas de los campos y el aporte de insumos o capital de trabajo que haga el propietario al plan de campaña.

Los forward a cosecha se negocian a u$s 155/ton con entrega desde abril hasta junio, casi en línea con la capacidad teórica de pago de los exportadores. Debido a que continúa el declive de los precios FOB, sólo un reciente fortalecimiento de las primas permitió sostener los precios domésticos. Igualmente, muy poca oferta está interesada en acordar negocios a estos valores. Algo similar ocurre en Brasil, donde se prevé una caída en el área sembrada y la producción. Este factor podría constituir un elemento de sostén para el mercado internacional a mediano plazo, puesto que se esperan ventas externas desde Sudamérica por más de 30 millones de toneladas en la campaña 2013/14.

En tanto, en el mercado disponible los precios internos se mantienen estables. La exportación paga u$s 150/ton con descarga en las terminales portuarias de la región y los consumos valores ubicados entre $ 780 y 810 por tonelada, dependiendo de la localidad y las condiciones de calidad. La baja de los precios les ha devuelto a los compradores del mercado interno cierto margen de rentabilidad, muy amenazado cuando los precios fluctuaban entre $ 1.100 y 1.200 por tonelada durante los meses de mayo y junio. La trilla se encuentra a punto de finalizar, quedando sólo algunos lotes en el norte del país para la finalización de los trabajos. Esta demora obedece a la extensa superficie que se sembró bien comenzado el mes de enero, tendencia que comenzó a ganar fuerza hace unos pocos años. De cara a la próxima campaña cabe esperar que más de un tercio de la superficie sembrada corresponda a maíz tardío o de segunda, algo que modifica el patrón estacional tradicional de la comercialización del cereal en Argentina.