Commodities

Precios responden débilmente al incierto panorama del trigo

Guillermo Rossi

El trigo comenzó la semana con subas en el mercado de Chicago, reaccionando a las condiciones climáticas adversas en Rusia de cara a la campaña de invierno y las expectativas declinantes de producción en Australia, donde los trabajos de recolección se encuentran bien avanzados tras una primavera más seca de lo normal. Ambos países se encuentran entre los cinco mayores exportadores globales del cereal y se caracterizan por obtener trigos con buenos parámetros de calidad. Sin embargo, sobre el cierre de la semana sobrevino una toma de ganancias que limitó las subas a sólo el 2,7% frente al viernes pasado en los futuros del cereal blando con vencimiento en diciembre.

A los precios más altos del último mes y medio el mercado parece desatender el contexto de abundantes existencias globales y pronunciado fortalecimiento del dólar. Según el Consejo Internacional de Cereales, la producción mundial del ciclo 2014/15 se encamina a llegar a 718 millones de toneladas, cifra que superará al récord obtenido el año pasado y permitirá lograr una importante recomposición de inventarios. Sin embargo, la caída de los precios fortalece las previsiones de demanda, especialmente la de aquellos importadores que utilizan sistemas de provisión y licitación estatal para estabilizar sus stocks y controlar los vaivenes de sus mercados internos.

A medida que el valor FOB del trigo duro en el golfo de México se acerca a los u$s 300/ton la demanda externa norteamericana pierde potencia o dirige su atención hacia orígenes más competitivos, como los del este europeo. En esta región las posibilidades exportadoras se ven fortalecidas por el debilitamiento de las monedas nacionales frente al dólar y la mayor proximidad hacia los centros de consumo de África y Asia Central, lo que permite ahorros en costos de flete. En su última aparición en los mercados mundiales, el GASC de Egipto –que representa cerca de la mitad de las compras del país- repartió sus compras entre el trigo francés, ruso y de Rumania.

El impacto de estos fundamentos en nuestro país es muy limitado, aunque la tendencia externa permite vislumbrar buenas oportunidades comerciales para la producción doméstica que logre buenos parámetros de calidad. Los exportadores del Up River continúan activos en posiciones que buscan la recepción de los camiones desde diciembre hasta marzo, ofreciendo cifras en escalera y premios por peso hectolítrico y porcentaje de proteína. En los mercados a término también se observa una empinada pendiente en los contratos de futuros con vencimiento en el año 2015. Es probable que gran parte del saldo exportable argentino tenga a Brasil como destino principal, aunque todo dependerá del momento en que comiencen a otorgarse las autorizaciones de exportación. Hasta el momento hay pocas certezas al respecto.

A lo largo de la semana no se oficializaron nuevos cupos de exportación de trigo 2014/15, aunque en los últimos días continuó el rumor en torno a un primer tramo de dos millones de toneladas para embarcar antes de fin de año. Una eventual apertura por este volumen permitiría ingresar al país casi u$s 500 millones relativamente rápido, ayudando al cumplimiento de la liquidación de divisas proyectada por el sector exportador en conjunto con las autoridades del Ministerio de Economía. No obstante, también trascendió que la cuota podría concederse en forma gradual, en partes de 500.000 toneladas similares a las del último año.

Los exportadores acumulan compras por 900.000 toneladas de trigo nuevo, a las que deben sumarse cerca de medio millón de toneladas del ciclo 2013/14 que se mantienen en su poder pero no fueron embarcadas por falta de permisos. Este carry-out se agrega al stock del último año que aún permanece tanto en acopios como en poder de los productores, superando el millón de toneladas. En este contexto, una pequeña apertura de ventas al exterior prácticamente no tendría impacto en el mercado, aunque si se anuncia un volumen significativo podría observarse una mejora a corto plazo por el acercamiento de los precios de mercado a la capacidad teórica de pago que brindan los valores internacionales.

A lo largo de la semana el trigo con 12% de proteína puesto arriba de buques sobre terminales del Up River cotizó a u$s 245/ton para embarque en diciembre o enero. El precio FOB oficial se mantiene en u$s 270/ton, lo que implica el pago de derechos de exportación por u$s 62,1/ton. Si a esta cifra se le deducen unos u$s 10-11/ton de costos de fobbing se arriba a un precio FAS teórico superior a u$s 170/ton. Cabe señalar que parte de los embarques pendientes corresponde a solicitudes de venta al exterior que los exportadores habían formulado en 2012, adelantando en su momento el grueso de las retenciones al obtener el Roe Verde por 365 días.

No obstante, durante los últimos días se pagaron hasta u$s 145/ton por trigo en condiciones Cámara con entrega en diciembre o enero, cifra que por momentos mejoraba hasta u$s 148/ton en febrero y u$s 150/ton para lotes con entrega diferida hasta marzo. El diferencial frente a las cifras comentadas refleja la incertidumbre de política comercial que persiste en el mercado.

A esta cuestión se le suman los interrogantes en torno a los resultados de la cosecha, que ya comenzó en la zona norte del país y se espera que baje paulatinamente durante las próximas semanas. Distintas evidencias hacen pensar en pobres parámetros de calidad en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito triguero del país que se ha visto castigado por excesos hídricos y demoras en la siembra. En tanto, en la zona núcleo los cultivos se vieron notablemente afectados por la ola de calor de la última semana, que bajaría el rinde promedio por la menor duración de la etapa de llenado de granos. Según GEA – Guía Estratégica para el Agro, cerca de un tercio de los cuadros trigueros comienza a llenar el grano y casi la mitad se encuentra en pleno llenado. La situación es más complicada en aquellas zonas afectadas por la falta de agua, como el este cordobés.