Economía

Proyección de los precios en el mediano plazo


Toda proyección sobre los precios de los granos debe ser tomada con precaución dado que desconocemos muchas de las variables que actuarán sobre los mismos. Con respecto al mediano plazo la base de toda proyección deben ser los fundamentals, es decir la oferta y la demanda, como causas inmediatas, y otras variables que influyen sobre la oferta y la demanda, como las causas mediatas.

En el caso de la producción granaria, para determinar la oferta hay que considerar como evolucionó la producción en las últimas campañas. Detrás de la oferta, como causas mediatas, tenemos que preguntarnos también sobre la posibilidad de incrementar la superficie implantada y qué nuevos eventos tecnológicos cabe esperar. Habrá que tener en cuenta también como deben interpretarse algunos fenómenos climáticos que han afectado últimamente la producción de los cultivos en determinadas regiones, si es o no una consecuencia del ‘calentamiento global’. Un eminente físico, Freeman Dyson sostiene que no, mientras otro eminente meteorólogo, Sir John Hougton, sostiene que sí.

Con respecto a la demanda, se puede considerar como causa inmediata cómo ha evolucionado el consumo en las últimas campañas, y como causas mediatas tenemos el crecimiento de la población mundial y el incremento de la renta per cápita de las distintas poblaciones.

El dato estadístico más sólido que tenemos, entre las variables mencionadas, es el de la evolución de la población mundial. Ésta llega a 7.000 millones de personas y registra un crecimiento anual cercano al 1,17 por ciento. Diez años atrás el crecimiento anual era de 1,31 por ciento por lo que va disminuyendo paulatinamente. Es de prever que en diez años podría estar en alrededor de 1,04 por ciento. Si consideramos esto, en el 2021 la población mundial estaría entre 7.600 y 7.700 millones de personas.

Con respecto al incremento de la renta per cápita, el mismo varía entre las distintas naciones, pero estimar un 2% anual nos parece razonable. A esa tasa de crecimiento, en diez años tendríamos un aumento de la renta de las personas de alrededor del 22%.

Partiendo de un PBM de 74 billones de dólares en el 2010, medido según la PPA (ver el primer artículo), el producto per cápita estaría en el orden de los 10.600 dólares.

Dentro de 10 años el PBM estaría en alrededor de 99 billones de dólares. Si dividimos esta cifra por una población de 7.650 millones de personas, tendríamos una renta per cápita cercana a 12.940 dólares.

Si tenemos en cuenta las necesidades insatisfechas de la población mundial en materia alimenticia, que la FAO estima que la sufren alrededor de 1.000 millones de personas, todo hace pensar que los consumos de las personas se incrementarán y más si tenemos en cuenta que aumentará la renta per cápita.

La producción mundial de alimentos (granos, carnes, lácteos, frutas, hortalizas, pesca, etc.) está en el orden de los 4.500 millones de toneladas, siendo el rubro más importante la producción de granos que llega a alrededor de 2.600 millones de toneladas. Una parte importante de esa producción de granos se utiliza para la producción de carnes porcina, de vacuno, de aves y de otras clases, es decir de alimentos más sofisticados. La cantidad de granos que se utiliza con esa finalidad asciende a 800 millones de toneladas.

Otra parte muy importante (alrededor de 180 millones de toneladas) se utiliza para la producción de biocombustibles. En EE.UU. ya se utilizan cerca de 126 millones de toneladas de maíz para producir bietanol y detrás de esta producción hay cerca de 200 empresas. Esta estructura probablemente se seguirá incrementando y es casi imposible pensar que puede reducirse y tener retorno, por lo menos en el mediano plazo.

Es decir que para el consumo directo de granos por el ser humano restan alrededor de 1.620 millones de toneladas.

Es verdad que la producción mundial de granos aumenta pero también lo hace la demanda. Por otra parte, la demanda tiene un incremento más regular mientras que la oferta depende de condiciones climáticas que están, en gran parte, fuera de nuestro control.

Teniendo en cuenta las consideraciones anteriores, no esperamos en el mediano plazo que los precios de los granos retornen a los valores tradicionales, por el contrario, es probable una mayor presión a la suba de los mismos.

También hay que tener en cuenta que el considerable aumento que han tenido los precios de los granos y otras commodities en los últimos años responde, en parte, a la depreciación del dólar estadounidense que es la moneda que se utiliza en un 75% del comercio mundial de bienes.