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Soja: se acerca el período crítico para la soja


En los últimos días el comportamiento de los precios estuvo direccionado por el clima. En los granos este factor es, en reiteradas ocasiones, el centro de atención ya que es uno de los pocos que el hombre no puede controlar y porque su evolución condiciona los resultados finales en materia de producción. Los cultivos poseen un ciclo de desarrollo que, para la soja en el hemisferio norte, comienza en mayo cuando se siembra y finaliza en noviembre con la cosecha. Dentro de ese ciclo de desarrollo existe lo que se conocen como "períodos críticos", que son etapas del cultivo donde la variación de las condiciones ambientales tiene un efecto máximo sobre el rendimiento final. En la soja, uno de los períodos ocurre cuando recién se siembra y otro acontece durante la fase de formación de las vainas y el llenado de los granos.

Este año las siembras se dilataron debido a las excesivas lluvias que impidieron que los productores ingresaran a los campos. Esta demora se trasladó a todas las etapas de desarrollo y al domingo sólo un 40% de las plantas se encontraban atravesando la fase de floración frente al 58% del año pasado.

La otra etapa crítica para la soja, la de formación de vainas, comienza normalmente a finales de julio, se extiende en todo el mes de agosto y finaliza en septiembre. A la luz de los actuales pronósticos, es inevitable que los operadores empiecen a sumar una prima climática a sus ofertas de precios.

Las altas temperaturas y la sequía ya se hicieron notar en las últimas semanas, tal como se desprende de los informes semanales sobre evolución de los cultivos. En el último reporte, el USDA mostró que un 64% de los plantas se encuentran en condiciones entre buenas y excelentes, porcentaje que es menor al 66% del informe previo y al 67% del año pasado. Además, la salud de los cultivos se deterioró más de lo esperado, ya que el mercado en promedio había fijado que un 65% se encontraba en esas condiciones.

En adelante, se espera que el comportamiento de los precios se mantenga volátil, al menos hasta que los cultivos pasen sus fases críticas de desarrollo. De todos los granos, el maíz es el más vulnerable ya que actualmente atraviesa la fase crucial de polinización y su evolución es seguida de cerca por todo el mercado. Además, la volatilidad es mayor frente a los pronósticos de una demanda en crecimiento, lo cual no da lugar a grandes pérdidas por el lado de la producción. Para la soja, como mencionamos al principio, el clima será más importante en agosto, ya que los productores necesitan buenas condiciones para reponer los bajos stocks.

Esta semana una ola de calor descendió sobre los cultivos y pasturas de Estados Unidos y sólo se avizora una mejora recién para el fin de semana. Si bien estos pronósticos atemperaron las preocupaciones, los temores resurgieron ya que se cree que las lluvias no serán suficientes y que sólo proporcionarán un alivio pasajero.

Esto llevó a que los precios de todos los productos negociados mejoraran el viernes, siendo el trigo quien lideró la tendencia, mostrando una suba diaria del 2,2%. En el caso de la soja, la posición más cercana se mantuvo sin cambios pero disminuyó un 0,4% desde el viernes previo para cerrar la jornada en 507,15 dólares la tonelada. Entre los subproductos, el aceite siguió la tendencia semanal del poroto, cayendo un 1,5% mientras que los futuros de harina lograron despegarse y subieron un 0,75% desde el viernes pasado. La menor oferta no generó mejores precios

Frente a un mercado externo volátil en el cual reina la incertidumbre por el clima, los precios locales relevados en el recinto no mostraron cambios sustanciales. El valor informado por las fábricas fue de $1.310 en todas las jornadas mientras que la exportación para la entrega en agosto pagó $1.320. No obstante, el rango de precios conocidos fue mayor a esos valores y la cuantía dependió del comprador y de las condiciones de entrega y pago. De esta forma, las cotizaciones oscilaron entre $1.330 y $1.350, siendo éste último el máximo ofrecido y mayormente para entregar la mercadería en el mes de septiembre.

El ritmo de compras del sector exportador y de la industria sigue retrasado respecto a ciclos anteriores. Como se observa en el cuadro de Indicadores Comerciales, llevan adquiridos 31,32 millones que representan un 62% de la producción estimada por nuestra entidad en 50,3 millones de toneladas.

En la semana se escucharon ofertas por la soja nueva y el máximo valor fue el ofrecido por la exportación el martes, cuando pagó u$s 321 por la entrega en mayo 2012. Respecto a la comercialización, sigue avanzada en relación a años anteriores ya que hasta el miércoles pasado, los exportadores habían comprado más de 1,2 millones de toneladas. En la comparación inter campaña, el último ciclo en el que se registran compras de soja nueva nos remite al 2007/08.

El Ministerio de Agricultura, en su informe mensual, realizó algunos ajustes a sus estimaciones de oferta y demanda de soja local, tal como se observa en el cuadro adjunto. A pesar de la mayor superficie sembrada, la producción caería un 1,6% desde la proyección anterior hasta los 48,8 millones de toneladas. El gobierno no mencionó si la reducción se debe a la menor superficie cosechada o los menores rendimientos. Si se confirma este nivel de producción, la cosecha actual sería un 7,4% menor a la del ciclo previo.

Asimismo, ajustó a la baja su estimación de las exportaciones totales respecto a su previsión anterior y en relación al ciclo previo. Recordemos que el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, en su último reporte de oferta y demanda, también recortó las exportaciones argentinas. Para estas revisiones, tampoco el gobierno brindó motivos que justifiquen el recorte.

El conflicto con los trabajadores del SENASA pudo llegar a buen puerto. Frente al reclamo salarial, los trabajadores llevaron a cabo un paro que duró hasta el miércoles y que estaba demorando los embarques en gran parte de los puertos argentinos.

Las siembras de maíz comienzan en el mes de agosto mientras que las de soja de primera arrancan en septiembre. Este año se intensificará la competencia por acres entre ambos granos a la luz del potencial exportador del cereal, mayormente hacia China, tal como supuestamente se desprende de los resultados de las últimas reuniones entre los funcionarios de ambos países.

China

Según la Administración General de Aduanas las importaciones de soja del año 2011 alcanzarían los 51 millones de toneladas, representando una caída del 6,9% respecto al año previo. Las menores compras son consecuencia de las mayores ventas por parte del gobierno, de los controles de precios impuestos a varios productos (entre ellos el aceite) para contener la creciente inflación y de la menor demanda de los productores que utilizan el poroto como grano forrajero.

La Administración también informó que en junio el país asiático importó soja argentina por primera vez desde enero, por una cantidad que representa cerca del 15% del total. Si bien el volumen es un 66% menor que el importado en junio del año pasado, se destaca la caída de las compras provenientes de todos los orígenes. Recordemos que en junio de 2010 las importaciones alcanzaron los 6,2 millones de toneladas, volumen que no logró superarse desde entonces.

Otro dato que aportó la Aduana se refiere a las importaciones de aceite argentino. En este caso, se repite la situación del poroto, mostrando una disminución total del 52% respecto a junio del año previo y del 99% en el caso puntual de nuestro país.

Cabe mencionar que si observamos los informes de embarques suministrados por el Ministerio de nuestro país, los datos pueden diferir. La discrepancia se explica principalmente en la diferencia temporal, de acuerdo al momento en que cada organismo releva la información.