Los futuros de trigo cerraron hoy con pérdidas ante la gran competitividad del cereal ruso. De acuerdo al servicio de control de cosechas de la Unión Europea, MARS, la producción rusa de trigo en el año 2023 ascendería a 86,7 millones de toneladas, quedando por debajo del año anterior pero superando al promedio de los últimos cinco años. Las tomas de ganancias de los fondos de inversión, luego de la rebelión ocurrida durante el fin de semana, brindaron presión adicional a los precios.

Los contratos de maíz cerraron en baja como resultado de previsiones de lluvias en el Medio Oeste de los Estados Unidos, que serían de gran alivio para los cultivos de maíz y soja. Los principales estados productores atraviesan condiciones muy secas, lo que se vio reflejado en el último informe de condición de cultivos que el USDA publicó ayer, el cual rebajó en 5 puntos porcentuales la superficie en condición buena a excelente en relación a la semana previa.

La soja operó a la baja al igual que el maíz por los mejores pronósticos climáticos en Norteamérica, a lo que se sumó el establecimiento de tasas de corte de gasoil con biodiesel menores a las que se esperaban por parte de Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. (EPA). Sin embargo, las posibles pérdidas podrían estar limitadas por las malas condiciones de los cultivos estadounidenses: sólo 51% de la soja se encuentra en condiciones buenas a excelentes, el peor registro en varios años.

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