Toda estimación del Producto Bruto Interno (PBI) hay que tomarla 'con beneficio de inventario'. Su cálculo es complejo y nuestros servicios estadísti cos (INDEC), como es de público conocimiento, son objeto de válidos cuestionamientos a tal punto que se ha recurrido al FMI para recibir asesoramiento a este respecto.

El PBI se compone de los sectores productores de bienes y de los sectores de servicios, y estos últimos son los más importantes dado que ascienden al 65% del total. Pero, también hay que decirlo, son los sectores para los cuales la estimación de su contribución al valor agregado es más difícil.

Por otra parte, las diferencias existentes entre las cifras que publica el INDEC sobre el índice de precios al   consumidor y las que dan otros institutos, de hasta tres veces, hacen desconfiar también de los llamados precios implícitos utilizados para la estimación del Producto Bruto Interno, lo que hace pensar que las tasas de crecimientos del mismo tendrían que corregirse a la baja.

El PBI nominal de nuestro país para el corriente año se estima según el Estudio Broda y Asociados en $1.382.000 millones, mientras otras estimaciones (REM) dan cuenta de un PBI de 1.463.000 millones.

Desde el PBI nominal (deflactado en $ de 1993) se pasa al PBI real que este año llegaría a 398.900 millones de pesos.

El PBI nominal de $1.382.000 millones dividido el tipo de cambio promedio de $ 3,92 = u$s 1, nos determina un PBI de US$ 353.000 millones, que dividido por la población determina un PBI per cápita de 8.870 dólares.

Como se puede deducir de lo manifestado más arriba, el cálculo del PBI da lugar a grandes controversias en razón a las limitaciones estadísticas de nuestro país. Por otra parte, el PBI per cápita, como todo promedio, puede ser cuestionado por aquellos para quienes la mencionada cifra de 8.870 dólares no interpreta su real posición en la vida económica.

Recordemos que el coeficiente de Gini que muestra la distribución del ingreso, llega en Argentina a una cifra cercana a 50, cifra que denota una relativamente mala distribución.

En los últimos años, desde el 2003 hasta ahora, y salvo lo ocurrido durante el año pasado, el crecimiento de la economía argentina registró tasas considerables que hacía mucho tiempo que no se veían.

Se pueden dar distintas explicaciones de este desempeño, pero no hay dudas que un contexto internacional muy favorable fue la principal razón de ese comportamiento. También es cierto que esa coyuntura favorable, fue acompañada por una política de equilibrio fiscal en los primeros años. De todas maneras, desde el año 2003 los ingresos fiscales de sector público nacional en términos nominales se incrementaron en alrededor de 600%, pero los gastos se incrementaron aún más (700%).