Finanzas

Condimento local limita impacto de la crisis financiera


Finaliza una corta y agitada semana signada nuevamente por la incertidumbre entre los inversores. Sin dudas uno de los factores claves fue el rescate a Irlanda. La segunda vez en menos de siete meses que se confirma el rescate a una economía perteneciente a la zona euro.

De esta manera, una vez más los mercados europeos exteriorizaron los temores de que la crisis irlandesa se propague a otros países miembros de la eurozona, entre los que Portugal y España encabezan la lista de los candidatos. Bajo este contexto se ha abierto un debate entre quienes sostienen que los inversores de deuda pública -en su mayoría bancos, fondos de inversión y de pensiones- deberían asumir parte de las pérdidas generadas por el rescate a un país, y quienes sostienen que las consecuencias podrían ser aún peores si se lleva a cabo una quita de la deuda. Si bien parece lógico suponer que quienes asumen riesgo de crédito –cobrando por tal una prima de riesgo- deberían asumir pérdidas ante un escenario desfavorable, la mayoría de los líderes políticos de los países europeos se mostraron adversos a esta última postura, conscientes del elevado costo financiero que deberían afrontar ante una eventual emisión de deuda y el desbarajuste que se provocaría en el sistema financiero europeo teniendo en cuenta quienes son los principales tenedores de los bonos soberanos.

A la delicada situación financiera de la zona euro se sumó el conflicto entre Corea del Norte y Corea del Sur. La aparición en escena, aunque por ahora de manera pasiva, de potencias como Estados Unidos, Rusia y China entre otras, no pudo más que sembrar temor y enardecer la incertidumbre en los mercados internacionales.

Bajo este contexto, la mayoría de las bolsas tuvieron un balance semanal en rojo, a pesar de las buenas señales macros que mostró la economía estadounidense.

Se conocieron buenas cifras de dos de los sectores más débiles en la actualidad de la economía estadounidense, como son el laboral y el inmobiliario, mientras que el índice de confianza del consumidor ascendió, tanto para Reuters como para la Universidad de Michigan. Sin embargo, uno de los pocos índices en el ámbito internacional que finalizó con ganancias fue el Nasdaq con +0,9% mientras que el Dow recortó un 1% semanal y el S&P cayó un 0,9 %. Las pérdidas en Europas fueron aún más profundas, siendo el Ibex de España una de las más perjudicado con 7% de recorte semanal.

El mercado local también se vio contagiado por el mercado externo pero recibió una cuota de alivio de la mano de una noticia local que le permitió cerrar con ganancias tanto en renta fija como en renta variable, en donde el índice Merval finalizó en 3.302,88 puntos acumulando una ganancia semanal del 1,3%. La oportuna noticia tuvo que ver con el anuncio del ministro Amado Boudou de la solicitud realizada por el Ministerio de Economía al FMI sobre "asistencia técnica" para la reelaboración del IPC en Argentina. La noticia fue interpretada por el mercado como una buena señal ante la mejor predisposición mostrada por el Poder Ejecutivo para con el FMI, justo en medio, casualidad o no, de las negociaciones con el Club de Paris y a escasos días, según se presume, de la presentación de un informe del FMI sobre la Argentina. Si bien resulta curioso que se acuda al FMI habiendo organismos internacionales más especializados en la materia e incluso existiendo instituciones con profesionales lo suficientemente capacitados en el país para llevar a cabo tal asistencia - como por ejemplo las cinco universidades nacionales que elaboraron un informe encargado por decreto - y a pesar de que no se trata del cumplimiento del artículo IV del convenio constitutivo del FMI que prevé la apertura total de las cuentas del país, resultó positivo para los inversores que se ofrezca a los expertos del Fondo observar los datos más cuestionados por los inversores nacionales e internacionales, más precisamente, el indicador de inflación.