Economía

La moneda y su importancia


La economía de mercado, y hoy casi todas las economías del mundo están organizadas como economías de mercado en mayor o menor medida, tienen como centro el sistema de precios, y como hemos visto en Semanarios anteriores, éste es un conjunto de cuasi infinitos precios relativos entre los distintos bienes y servicios. En definitiva, es como una computadora social. La unidad de medida de ese conjunto de precios es la moneda, de ahí la importancia que ésta tiene. Para hacer un símil, la moneda es como el espejo de un telescopio reflector, espejo que depende de su extraordinario pulido para reflejar la luz que proviene de galaxias ubicadas a miles de millones de años luz. Así, también, tiene que ser la moneda. Claro, que hoy, ninguna de las monedas existentes tiene esas condiciones. Por supuesto, es un objetivo, por ahora, inalcanzable.

A algunos lectores le parecerá exagerado que en un Semanario dedicado al comercio de granos se le de tanta importancia a lo monetario. Para aclarar esto, permítasenos, hacer algunos comentarios a este respecto.

La producción, exportación y consumo de los granos y subproductos se terminan expresando en unidades monetarias. Al no existir una moneda mundial, como en una época fue el oro, la mayor parte del comercio mundial de bienes y servicios se expresa a través del dólar estadounidense. La gente ha elegido el mismo dado que, relativamente, es más estable que otras monedas del mundo, pero nadie puede ignorar que es una moneda que tiene grandes debilidades. Como se puede leer en uno de los artículos que siguen, el dólar estadounidense tiene una gran volatilidad, a veces se aprecia pero, normalmente, se deprecia. Y esto último se debe, fundamentalmente, a la política de emisión monetaria del Banco de la Reserva Federal de los Estados Unidos.

La crisis que se vivió en los años 2008 y 2009 fue una consecuencia de una política emisionista en los años previos. Producida la crisis, y para salir de la misma, se utilizó la misma técnica que fue la causante de dicha crisis, la emisión. Al principio, dicho política dio resultados positivos, los índices de crecimiento industrial y del consumo, como también la tasa de empleo, mejoraron. Pero llegado a un punto, y como pasa con la droga, se necesita aumentar el ritmo de emisión más rápidamente, caso contrario no tendrá efecto para el futuro. Un economista enseñó que la política inflacionaria es como la carrera de un tigre al que tenemos asido por la cola. El animal echa a correr a velocidades cada vez mayores y en algún momento la gran velocidad nos va a matar. Si el animal se para, bruscamente, de golpe, nos devora, es decir también nos mata.

Se estima que el 70% al 80% del comercio mundial se realiza a través del dólar y el país que lo emite lo ha estado haciendo a razón de 75.000 millones mensuales en los últimos tiempos. Esa emisión o el mayor endeudamiento trata de cubrir un déficit presupuestario que llega a alrededor del 10% del Producto Interno Bruto del país del Norte. Por otra parte, como el endeudamiento de Estados Unidos ha llegado al límite superior autorizado de 14,29 billones de dólares, cifra similar al PIB, sólo le cabe equilibrar sus cuentas con más emisión; no puede seguir aumentando su deuda. Cabría aumentar el mencionado tope, pero los representantes de los dos partidos, republicanos y demócratas, no se ponen de acuerdo. De no subir el mencionado tope, solo resta la emisión o el no pago, lo que implicaría un colapso de la economía.

De la mencionada cifra tope de deuda de 14,29 billones de dólares, algo más de 1 billón es la cantidad en bonos de la deuda estadounidense que tiene China, el principal acreedor, de ahí que existe una gran preocupación en el país de Oriente de que EE.UU., al no poder aumentar su límite de endeudamiento, pudiese entrar en default.

Pero la depreciación del dólar no solo tiene consecuencias en el país emisor o en algunos de sus acreedores sino, también, en el resto del mundo, y ello se debe al hecho de que el dólar es moneda internacional. Una depreciación de la moneda dólar implica, generalmente, una apreciación de las otras monedas del mundo. Aquellos países de fuerte productividad, como Alemania, logran seguir en carrera, pero varios de los países de la Comunidad Europea, como Grecia, España, Portugal e Irlanda, no pueden seguir en carrera y corren el riesgo de salirse de la moneda común (el euro). No es el sistema euro el culpable sino, por el contrario, las políticas internas que los mencionados países han aplicado.

En el caso concreto de la segunda economía mundial, China, al tener una moneda depreciada que se tendría que apreciar aún más (por lo menos, eso es lo que pretende los Estados Unidos), todavía existe un margen interesante para seguir compitiendo como lo hace a nivel mundial, dado su nivel salarial todavía bajo con respecto a Estados Unidos y a otros países desarrollados.

Por otra parte, al mismo tiempo que la moneda estadounidense se deprecia, al ser la moneda del comercio mundial, se inflan los valores de las materias primas, distorsión que genera la falsa creencia que la fiesta va a seguir in eterno. Los países, como Argentina, que ven crecer el monto en dólares de sus exportaciones, tienen que ser cuidadosos y deflactar ese valor nominal de acuerdo a como haya sido la depreciación de la moneda norteamericana.