Economía

La agricultura de China


Este artículo no pretende originalidad, simplemente es un resumen del capítulo dedicado a la agricultura en China del libro "La Segunda Revolución China" (2011) escrito por Eugenio Bregolat, que ha sido embajador español en ese país en tres oportunidades (la última, actualmente). También agregamos datos de otras fuentes.

Comienza el comentario del autor en la página 108 del mencionado libro diciendo que "el problema básico que plantea la agricultura en China es sencillo: con el 7% de la tierra del planeta, tiene que alimentar al 20% de su población. Dicho de otro modo, la superficie per cápita de tierra cultivable es el 40% de la media mundial".

Antes de entrar directamente en el tema de la agricultura de China, veamos cual es la teoría básica de Den Xiaoping, el pragmático que dirigió y llevó a cabo la Segunda Revolución China (ver página 42 del libro que comentamos).

"Deng Xiaoping ha revisado varios de los capítulos fundamentales de Marx, Lenin y Mao Zedong. Según la teoría del valor de Marx, el trabajo es el único factor de la producción generador de valor: una mercancía vale lo que el trabajo que lleva incorporado y el trabajador es acreedor al valor total de su trabajo. La parte del precio de una mercancía que excede al salario pagado para producirla es la plusvalía que se arroga el empresario capitalista, propietario de los medios de producción. Marx rechazó la plusvalía que consideraba resultado de la explotación del proletario por parte del capitalista, así como el instrumento que la hace posible, la propiedad privada de los medios de producción. Tras la revolución se procedería a la destrucción del orden capitalista, es decir desaparecería la propiedad privada de los medios de producción, que serían transferidos al proletariado, y se establecería una economía de planificación centralizada. Marx no aclaró que forma tomaría la transferencia de los medios de producción al proletariado. En la práctica soviética, adoptada luego por China, se tradujo en el monopolio estatal de los medios de producción. Pero en cambio, según la resolución del XV Congreso del Partido Comunista Chino, en octubre del 97, 'trabajo, capital, tecnología, capacidad empresarial y otros factores de la producción participarán en la distribución de la renta según su contribución'. La teoría del valor y el rechazo de la plusvalía de Marx quedaron muertos y enterrados" (pág. 42 y 43 del libro citado).

El primer paso de la segunda revolución de China emprendida por Deng Xiaoping en 1978, fue la abolición de las comunas populares que se crearon a fines de la década del '50 por Mao Zedong.

Recordemos que esas comunas populares originadas en el Gran Salto Adelante, creadas hacia 1958 y siguientes, se basaron en un traslado masivo de parte de la población rural a esas comunas. Lamentablemente, no se previó la cantidad de cereales que se necesitaban o las estadísticas de esas reservas eran falsas. Por otra parte, los que quedaban en los campos, aprovecharon para alimentarse mejor, todo lo cual arrojó hambrunas de consideración y pérdidas de vidas humanas entre 30 y 70 millones de personas (ver Bregolat, pág 17, citando a Jing Chang y John Halliday, "Mao, the unknown story , 2005, aunque algunos estiman exagerada la última cifra). A raíz de ese desastre, Mao había perdido la dirección del país y para recuperarla emprendió con los jóvenes de la guardia roja la llamada revolución cultural a partir de 1965. Deng Xiaoping fue uno de los dirigentes perseguidos durante esa revolución cultural por sus ideas más liberales y de pro mercado, y su hijo, arrojado por la guardia roja desde una ventana, quedó inválido. Deng, posteriormente, volvió a tomar el poder y desde ese momento ya fue la figura indiscutible del poder chino hasta su muerte en 1997 a los 92 años.

Abolidas las comunas populares, comenzó la entrega de la tierra a los campesinos bajo el régimen de responsabilidad familiar. El éxito fue inmediato y la producción granaria aumentó desde 1978 a 1984 en un 33%. "El valor del producto agrícola y ganadero se multiplicó por 18 entre 1978 y 2000". La renta media de la China rural se multiplicó por 7 veces entre 1978 y 1990. ""Mao había nacionalizado la tierra y había establecido en las comunas el sistema de distribución igualitario, o tazón de hierro; como consecuencia, el estímulo individual era inexistente y el nivel de producción de las comunas era muy bajo. En 1962, en la provincia de Anhui algunas comunas distribuyeron la tierra entre los agricultores, pero Mao prohibió el experimento, considerándolo un retorno al capitalismo. En 1978 algunos campesinos volvieron -en el pueblo de Xiaogang, condado de Fengxang, en la misma provincia de Anhui- a la agricultura de base familiar. El secretario del Partido en la provincia, Wan Li, pidió al Comité Central que la autorizase pero éste se opuso. A pesar de ello, la práctica se extendió a la provincia de Sichuan, donde Zhao Ziyang era secretario del Partido. El éxito de estas experiencias fue tan obvio que el pleno del Comité Central de diciembre de 1978 autorizó el sistema de responsabilidad familiar en todo el país, aunque sólo en 1982 fue aprobado de forma definitiva, disolviéndose las comunas" (pág. 68). A fines de ese año el 90% de la agricultura de ese país estaba bajo ese régimen.

Posteriormente, desde mediados de la década de los '90, los beneficios pasaron a la China urbana. La agricultura pasó de ser el 30% del PIB en 1978 al 15% en el 2005. En ese último año empleaba el 40% de la población activa.

La población rural era el 89% de la población china en 1949; el 82,1% en 1978; el 66% en el 2000; el 60% en el 2004 y se estima que será del 50% en el 2015, del 40% en el 2020 y del 20% en el 2050.

Uno de los grandes problemas del crecimiento registrado en los sectores urbanos de China es la creciente diferencia de rentas entre el campo y la ciudad. La renta media de ésta última triplica la renta media del campo. Esta diferencia es la que llevó a las manifestaciones de protesta que llegaron a cifras cercanas a las 80.000 entre los años 2004 y 2005, manifestaciones que tuvieron lugar, en su mayoría, en las zonas rurales.

En el año 2000 el gobierno reformó el sistema impositivo rural disminuyendo la carga fiscal en un 30%. "Se empezó de forma experimental en la provincia de Anhui y en 2003 el nuevo sistema se había extendido a toda China. El problema sin embargo subsiste. Las transferencias del Gobierno central no bastan para cubrir los gastos de los ayuntamientos, que siguen creando nuevas exacciones, sin que Beijing sea capaz de controlar del todo la situación" (pág. 110).

En marzo del 2006, la reunión de la ANP (Asamblea Nacional Popular) anunció la creación de una 'nueva agricultura socialista', con medidas como la eliminación de los impuestos agrícolas, subsidios a la producción de cereales, aumento en el gasto en educación, sanidad e infraestructura.

En la última jornada de la sesión anual de la ANP, sus 2.888 integrantes dieron el visto bueno a la Ley sobre la Propiedad Privada por 2799 votos a favor, 37 abstenciones y 52 en contra. Entre sus 247 artículos, la ley establece que "todo tipo de propiedad, desde la estatal a la colectiva, individual o de otro tipo, está protegida por la ley y nadie puede atentar contra ella".

La versión oficial pretende, por un lado, proteger al sector privado, que aporta ya más de la mitad de la riqueza nacional (por lo menos el 65% del PBI), y por el otro acabar con las frecuentes expropiaciones en el medio rural, convertidas en un peligroso factor de inestabilidad para el país.

Según sus partidarios, la ley muestra el espíritu de la reforma y la apertura en China, protegiendo el orden de la economía de mercado socialista y otorgando igual protección a la propiedad privada y pública.

Pero a esas reformas que mejoraban el orden de la economía en forma general faltaban todavía agregar algunas reformas para el sector rural. Con las reformas que se llevan a cabo ahora, los campesinos podrán liberarse de sus ataduras al suelo vendiendo, alquilando o hipotecando el derecho de uso de sus tierras que seguirán siendo propiedad de las colectividades locales.

A fines del 2008 el Gobierno chino aprobó una serie de reformas sobre el sistema de gestión de la tierra que algunos estiman que tendrá consecuencias importantes en el desarrollo agrícola. En 1979 se habían llevado a cabo reformas tendientes a permitir una mayor productividad del campo. Entre esas reformas, la más importante como vimos, era permitirles a los campesinos el uso de la tierra por largos períodos (15 años o más) mientras el Estado, a través de las colectividades locales, mantenía la propiedad de la misma. Esas medidas habían mantenido un fraccionamiento de las unidades de producción que en promedio estaban en alrededor de 0,65 hectáreas.

Recientemente el Comité Central del Partido Comunista de China (PCCh) fijó nuevas normas que fueron definidas en un documento aprobado en una sesión plenaria el pasado 12 de octubre de 2008. El documento, titulado "Decisión sobre algunos Importantes Problemas Relacionados con el Avance de la Reforma y el Desarrollo Rurales" .

China cuenta con un sistema dual de gestión del suelo, según el cual la propiedad es independiente del derecho de uso. La tierra pertenece al Estado - caso, normalmente, de las zonas urbanas- o a las colectividades rurales, en el caso del campo. Estas colectividades están integradas por un pueblo o un conjunto de pueblos, que distribuyen la tierra a sus habitantes, ya sea para cultivo o residencia.

Pero después de tres décadas, durante las cuales las zonas rurales han progresado a ritmo mucho menor que las urbanas, el Gobierno considera que este sistema impide elevar el nivel de vida en el campo y aumentar la productividad de las explotaciones, debido a su pequeño tamaño

Con la finalidad de aplacar los temores en relación a que la nueva política podría provocar la aparición de terratenientes y campesinos sin tierras que no tendrían medios para ganarse la vida junto con la amenaza para la seguridad alimentaria del país (por destinar campos de cultivo a actividades no agrícolas), en el documento se indica que el país llevará acabo un riguroso sistema de protección de tierras de labranza, garantizando un cultivo mínimo establecido en 1.800 millones de mus (120 millones de hectáreas).

Con las reformas que se llevan a cabo ahora, los campesinos podrán liberarse de sus ataduras al suelo vendiendo, alquilando o hipotecando el derecho de uso de sus tierras, que como hemos manifestado, seguirán siendo propiedad de las colectividades locales.

Según algunos expertos sobre China "la medida acelerará el proceso de urbanización, ya que favorecerá la emigración de los habitantes del campo a las ciudades y promoverá la creación de grandes propiedades modernas en las zonas rurales" (Dang Guoyeng, investigador de la Academia de Ciencias Sociales).

Pero lo anterior tiene sus dificultades, dado que "a falta de una reforma en profundidad del sistema de registro de residencia en vigor, conocido como hukou, los emigrantes seguirán teniendo problemas para instalarse en sus nuevos destinos, ya que la ausencia de hukou urbano dificulta el acceso de los hijos a la educación y a determinados servicios sociales. Además, algunos expertos temen que la iniciativa conduzca a la concentración de la tierra en manos de unos pocos" (José Reinoso, "China lanza una gran reforma agraria" , el País, 10 de octubre 2008).

Probablemente, aquellos que alquilen o compren el derecho al uso de la tierra reunirán un número de explotaciones familiares y la unidad productiva, mucho más grande, será más eficiente que las actuales unidades.

Quizás algunos vayan a comparar la experiencia actual, según las nuevas reformas, y la del fracasado 'Salto Adelante' de fines de los '50. El propósito de ambos emprendimientos parecería ser el mismo: convertir millones de pequeñas unidades de 0,65 hectáreas en varias decenas de unidades mayores de alrededor de 5.000 hectáreas en el caso del 'Salto Adelante' y en unidades mayores en el caso actual. Pero la gran diferencia es la libertad. En la década del '50 se llevó a cabo una experiencia totalitaria donde varios centenares de millones de productores fueron forzados a integrar las 'comunas'. Ahora, libremente, los productores podrán vender o alquilar el derecho al uso de la tierra. El productor no está obligado a hacerlo y si lo lleva a cabo es porque le conviene. El 'pool' de producción que se forme sólo se constituirá si la productividad es mayor que la que se obtenía anteriormente en forma individual.

"Es obvio que la modernización de China exige una reducción elevada de la población rural, que en el 2003 incluía unos 500 millones de trabajadores (unos 300 en la agricultura y unos 200 en las industrias rurales y los servicios). Se estima que entre 1978, al iniciarse la reforma económica, y 2000, de 150 a 200 millones de habitantes de la zona rural pasaron a la urbana. En el 2020 esta cifra se habrá doblado. Es el mayor trasvase de población del campo a las ciudades registrado en la historia. Esta migración del gran ejército de reservada formado por trabajadores rurales redundantes, en su mayoría campesinos, a las zonas urbanas explica que los salarios en la industria y los servicios se mantengan bajos, y así seguirán por mucho tiempo. Las autoridades intentan regular el trasvase, flexibilizando el sistema de permiso de residencia (hukou), pero sin suprimirlo, y creando redes de ciudades satélites para descongestionar las grandes urbes industriales".

Se distinguen varias etapas en el desarrollo de la agricultura de China desde las reformas de 1978:

a)La del sector agrícola, a principios de los '80, que generó el ahorro para el desarrollo de las empresas rurales (en gran parte de actividades no agrícolas).

b)Las empresas rurales que en 1996 empleaban a 130 millones de personas, el 28% de la mano de obra rural. "Las empresas rurales amortiguaban el trasvase del excedente de mano de obra rural a las ciudades, contribuyendo a evitar la congestión excesiva en estas últimas. Desde la mitad de los noventa las empresas rurales entraron en rápido deterioro, lastradas por problemas financieros y de ineficacia semejantes a los de las empresas públicas. Su crisis, y la consiguiente caída del empleo, son en parte responsables de la creciente conflictividad del sector agrícola. Si en 1985 el 75% de las empresas rurales eran propiedad de colectivos y el 25% de propiedad privada, en 2002 esta proporción se había invertido". Estas empresas ocupan 200 millones de personas.

c)En la actualidad existen 248 millones de explotaciones agrícolas, de las cuales 200 millones tienen una extensión de sólo 0,65 hectáreas, según la OCDE. Probablemente, como consecuencia de las medidas tomadas últimamente, muchas de esas explotaciones se van a ir juntando integrando colectivos más grandes.