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Soja: mix de factores resultaron en mejoras


La semana pasada el recorte en la estimación de producción por parte del USDA generó un piso de sostén para los precios de la oleaginosa. Los efectos del clima adverso, primero en la época de siembra y luego en la etapa de crecimiento, resultaron en disminuciones tanto del área sembrada como de las proyecciones de rendimiento. Sin embargo, esta semana el clima seco y caluroso se calmó y además, se pronostican lluvias para los próximos días, lo que redundaría en una mejora en las condiciones de los cultivos y una posible corrección a las previsiones del USDA.

El informe del gobierno sobre la evolución de los cultivos, cuyos datos se observan en el gráfico adjunto, fue neutral para los precios al confirmar las expectativas previas, pero optimista desde el lado productivo. En relación al estado, un 60% de las plantas se encuentran en condiciones entre buenas y excelentes, porcentaje que se mantuvo desde el informe de la semana previa. Sin embargo, frente al año pasado, las condiciones sí presentan deterioros.

Otra de las razones por las que se espera que el USDA revise sus cifras responde a que históricamente los pronósticos de cultivos del gobierno tienden a mejorar a partir de septiembre. En los últimos diez años, un 50% de las veces las estimaciones de producción mejoraron desde el reporte de agosto a septiembre.

La evolución de los cultivos puede observarse en la tabla adjunta:

El porcentaje de soja en floración se encuentra en línea con el promedio quinquenal mientras que se registra un cierto retraso en las plantas formando vainas. No obstante, cabe destacar el avance inter semanal: de 51 a 70%. La fase de formación de vainas es la más crítica para el cultivo de soja en desarrollo, de ahí la importancia que tiene el clima en esta época del año.

Las débiles cifras de las exportaciones semanales ejercieron presión sobre los valores pero no explicaron las bajas que se observaron en algunas jornadas, sino que estos datos sólo ayudaron a reafirmar la tendencia que ya habían definido los mercados financieros.

Más allá de los fundamentals de la soja, de los cuales el clima es el principal, las influencias externas han estado ocupando un papel crucial en la dirección de los precios. Esta semana en particular, las preocupaciones por la salud de la economía global provocaron fuertes ventas en los mercados accionarios y en el petróleo que se trasladaron a los granos. Hay riesgo de recesión de la economía norteamericana y existen crecientes temores por el sistema bancario global.

Respecto al clima, existieron hacia finales de la semana pronósticos de lluvias y tormentas que podrían aliviar los déficits de humedad en el Medio Oeste, beneficiando mayormente a los cultivos de soja que se encuentran llenando vainas. Sin embargo, los temores de que las lluvias no sean suficientes predominaron durante la jornada del viernes, dando sostén a los valores. Así, la posición septiembre cerró a 499,6 dólares la tonelada y si bien las variaciones diarias fueron dispares, el saldo resultó positivo mostrando una suba del 2,4% desde el viernes pasado.

Los mejores precios estimularon a los vendedores

Durante esta semana, la soja siguió negociándose dentro de un rango de precios cuyos límites responden a los diferentes compradores y condiciones de entrega de la mercadería. Los mercados externos también ejercieron influencias sobre las ofertas y operaciones, ante el contexto generalizado de incertidumbre por la situación económica a nivel mundial, con temores por la posibilidad de una recesión en Estados Unidos y por el sistema bancario global.

Para la soja disponible (incluimos ofertas con descarga inmediata, desde una fecha determinada y hasta dentro de los 30 días) los precios pagados oscilaron entre los $1.320 y los $1.340. Para la mercadería con entrega en septiembre, el valor fluctuó entre $1.350 / $1.360 según el comprador. El precio más alto fijado por la Cámara (conocido como precio pizarra) fue de $1.339, correspondiente a las operaciones declaradas el miércoles. Este valor es el más alto desde comienzos de marzo, cuando la pizarra marcó $ 1.387.

Las mejores ofertas de precios motivaron a los vendedores a desprenderse de la mercadería. Teniendo en cuenta el clearing que se realiza en el recinto, esta semana se realizaron operaciones por más de 90.000 toneladas de soja disponible.

Respecto al ritmo de la comercialización, las compras totales ascienden a 35,6 millones de toneladas, según la última información del gobierno al 10/08. Ese total representa el 71% de la producción estimada por nuestra entidad en 50,3 millones de toneladas. El ritmo de compras se encuentra retrasado respecto a campañas anteriores. De ese total, 29,7 millones ya tienen precio firme. Por lo tanto, teniendo en cuenta las toneladas compradas pero sin fijar (5,91 millones) más la soja no comprada (14,69 millones) quedan 20,6 millones sin cotización.

Donde se observa un avance respecto a campañas anteriores es en las adquisiciones de soja nueva, del ciclo 2011/12 que aún no se sembró. De los 53 millones que estima el USDA, se compró un 6% frente al 5% del año pasado y al 3% del último lustro, tal como se desprende del cuadro de Indicadores Comerciales.

Los precios que se pagaron esta semana en el recinto por la soja con entrega en mayo próximo oscilaron entre u$s 315 y u$s 321, siendo este valor el máximo pagado por la exportación. El miércoles, el día de mayor volumen de operaciones, se relevaron negocios por 25.000 toneladas.

La semana pasada el USDA revisó a la baja todas sus estimaciones de producción, incluyendo soja, trigo y maíz. Este deterioro de los cultivos en Estados Unidos aumentará la dependencia de las cosechas que provienen desde Sudamérica. En nuestro país, se necesitan buenos precios para estimular a los productores a sembrar más soja, que se encuentra bajo la amenaza de los cereales. Además, este año la soja enfrenta mayor competencia no sólo de los cereales sino también de otras semillas oleaginosas como el girasol, el algodón y el maní.

Por el momento las reservas de humedad son adecuadas en la mayoría de las regiones productoras. Sin embargo, se anticipa el regreso del fenómeno climático La Niña que traería sequía y podría estresar a los cultivos hacia finales de año. En efecto, en Brasil (competencia de Argentina) en varios estados productores se están registrando condiciones inusualmente secas y se prevé que la sequía se extenderá hasta comienzos de septiembre. Si los déficits de humedad no se reponen en las primeras semanas de septiembre, se podrían ver afectadas las siembras.

Los países del hemisferio sur, como Argentina, han ganado participación en el comercio mundial de soja y sus derivados, satisfaciendo una creciente porción de la demanda global ya que las exportaciones desde Estados Unidos han sido insuficientes. Por ello, la actual escasez por el lado de la oferta podría agravarse si también disminuye la producción 2012 en Sudamérica.