Finanzas

Expectativas sobre estímulos confirma rally alcista


Cierra una nueva semana en verde reflejando lo que aducen sobre el significado del color: esperanza. El sustento del comportamiento alcista de la última semana tuvo que ver principalmente con las políticas de estímulos adoptadas por Japón y la esperanza o expectativa de que las mismas colaboren al fortalecer el crecimiento de la economía mundial. Así, parece comenzar una nueva ronda de estímulos monetarios para sostener la debilidad que está mostrando la economía mundial, y si bien esta semana dio el puntapié inicial Japón, se espera que la FED, Inglaterra y otros países de Europa -más reticentes a este tipo de medidas- sigan los mismos pasos.

Mientras tanto, las subas continúan gestándose sobre la base de expectativas con todo el riesgo que esto implica, ya que el día de mañana deberá corroborarse que se cumplan las mismas para convalidar las subas.

La semana en Estados Unidos estuvo cargada de datos macros con un saldo mayormente negativo, entre los que se destacó el tan esperado informe de empleo. Si bien el nivel de empleo se mantuvo en 9,6%, el cambio de nóminas no agrícolas mostró una destrucción de 95.000, vs. la caída de sólo 5.000 pronosticadas y por encima de las 57.000 que ya se habían perdido en agosto. También las nóminas privadas mostraron un dato negativo ubicándose por debajo de lo proyectado por el mercado.

Sin embargo, a la nueva ola de estímulos ya mencionada, se sumó el elevado nivel de liquidez en los mercados internacionales para sortear los factores de presión. En relación a este último punto, se pronunció un Nobel en economía, Joseph Stiglitz. El economista sostuvo que las políticas de tasas bajas están generando caos en el mundo en lugar de ayudar a la recuperación. De acuerdo a Stiglitz, la "inundación de liquidez" por parte de la Fed y el BCE está generando inestabilidad en los mercados cambiarios internacionales. Por otro lado, luego de que el ministro brasileño de Hacienda, Guido Mantega, dijera la semana pasada que el mundo estaba en "una guerra cambiaria internacional", el presidente del FMI Strauss-Kahn, advirtió que "se corre el riesgo de entrar en una guerra cambiaria si los gobiernos intentan usar los tipos de cambio para resolver sus problemas domésticos".

Está claro que la mayoría de las economías desarrolladas estima que tendrá un lento crecimiento interno al menos hasta el próximo año, lo que hace que tengan una fuerte dependencia de las exportaciones, siendo conscientes de que una moneda más débil brindará una ventaja competitiva a sus productos. Este agitado debate, se espera que continúe durante la reunión que mantendrán el FMI y el Banco Mundial durante el fin de semana y durante el encuentro del Grupo de los 20 en Seúl el próximo mes.

En nuestra región el Merval se acopló al optimismo internacional finalizando otra semana en alza (+1,6%), aunque se diferenció del comportamiento de otras bolsas de la región, como la del Bovespa que finalizó sólo con +0,6% y el IPSA de Chile que cerró en baja un 2,5%. Estos mercados, a diferencia de la Argentina, ven a su moneda apreciarse frente al dólar gracias al flujo de inversiones extranjeras que reciben perjudicando su competitividad en las exportaciones. Lamentablemente Argentina no tiene estos problemas, en parte gracias a lo sostenido por el prestigioso economista Edwin Truman: "el país permanece aislado del sistema financiero internacional".

A pesar del perjuicio sobre la competitividad del efecto cambiario sobre países como Brasil y Chile, el FMI destacó en su informe sobre la Estabilidad Financiera mundial (GFSR) la recuperación económica de los países de América Latina. El FMI destacó que la recuperación es liderada por Brasil, Chile, Colombia y Perú. Al respecto distinguió a la región por sus políticas macroeconómicas "impresionantes" llevadas adelante en las últimas décadas. Sin embargo, el organismo sostuvo que Argentina y Paraguay también experimentarán un importante crecimiento, aunque en estos casos, el impulso provenga más bien del fuerte comercio con Brasil y del rebote en la producción agrícola.