Economía

Relocalización de la hacienda bovina


En los últimos años, se evidenció en Argentina una marcada relocalización de la hacienda bovina, motivada fundamentalmente por un cambio en los precios relativos de los productos agrícolas y pecuarios una vez ponderados por sus costos, y por la aparición de nuevas tecnologías que permiten un nuevo aprovechamiento del suelo.

El siguiente mapa extraído del estudio "Stock 2010 del ganado bovino" elaborado por Rossanigo, Arano y Rodríguez Vázquez (como colaboración entre INTA, SENASA y RIAN Ganadera) en diciembre de 2010 muestra la relocalización de la hacienda en el país. Mientras más oscura es la tonalidad de azules más ha caído el stock ganadero en esos departamentos, mientras que a medida que se oscurecen los marrones indican un mayor incremento de las existencias bovinas.

Del análisis del mapa se desprende que en los últimos años la región central del país (la pampa húmeda) ha desplazado la producción ganadera, que simultáneamente incrementó su importancia en la zona extra-pampeana, fundamentalmente al norte y oeste del país.

A la hora de evaluar los factores que influyeron en este proceso, es fundamental tener en cuenta los costos y la rentabilidad potencial en el uso de la tierra para la actividad ganadera. Del lado de los costos, como es sabido, el principal costo fijo para la producción agropecuaria es el de la tierra. El costo de la tierra para cualquier tipo de producción tiene un componente directo yal cargo por adquirir o rentar la parcela, más cualquier tipo de egreso derivado de fertilizantes, agroquímicos, semillas, pasturas y demás que se utilice para incrementar el potencial productivo de la tierra.

El siguiente gráfico, elaborado a partir de datos extraídos de la revista "Márgenes Agropecuarios" de julio de 2011 muestra la evolución de los precios de la tierra en la pradera pampeana expresados en dólares por hectárea, y discriminando las zonas de cría de las zonas de invernada.

Después de la salida de la crisis de 2001/02 el precio de la tierra ha aumentado exponencialmente en dólares, especialmente en la zona de invernada (línea continua) que como se sabe, es la que más compite con la producción agrícola por el uso del suelo.

Los costos indirectos de la tierra, por su parte, hacen referencia al dinero al que se renuncia por no haber destinado la misma a la mejor alternativa posible. A pesar de no ser un egreso en sí (no es dinero que deba "pagarse"), económicamente es muy relevante ya que mide el costo de oportunidad por seguir un determinado curso de acción (en este caso, destinar la tierra a producción ganadera en lugar de hacerlo a producción agropecuaria).

A partir de datos extraídos de la base de Rodolfo G. Frank elaboramos una tabla con la variación de los precios de soja y de novillo respecto a un año base, en este caso 2005. Elegimos este año por haber sido el último antes de comenzar la inusualmente abrupta etapa de liquidación de existencias. Del lado del comercio exterior, a pesar de existir retenciones a las exportaciones desde el 2002, los ROE se utilizan para limitar el volumen vendido al exterior recién a partir del 2006, permitiendo aún a Argentina ocupar el 3er puesto en el ranking de los principales exportadores de carne vacuna del mundo (las estimaciones para el 2011 sugieren que cayó al sexto). En resumen, 2005 puede ser considerado un año relativamente "normal" o, mejor dicho, representativo del comercio de carnes. El gráfico II muestra el índice de variación de los precios de la soja Rosario deflacionada (guiones) y sin deflacionar (línea continua); y del novillo Liniers deflacionada (línea de puntos) y sin deflacionar (línea de guion y punto) respecto al mencionado año base.

Tanto si comparamos el par de precios tomados como referencia deflacionada o sin deflacionar vemos que a partir del 2005 las ganancias que acumula el precio del commodity agrícola tomado como referencia supera hasta el 2009 inclusive al de la hacienda. En el 2009, esa diferencia a favor del cultivo llega a casi 50 puntos porcentuales (el precio de la soja ese año aumentó un 91,37% respecto al 2005, mientras que el novillo llegó al 42,58%). En la serie deflacionada, la diferencia alcanza el 33,25% a favor de la oleaginosa.

El incremento en el precio de los commodities agrícolas registrado especialmente a partir del 2007 debe entenderse como un aumento en el costo de oportunidad del uso de la tierra para ganadería (siempre que la misma permita ambos tipos de actividades). Al internalizar este costo, los productores deciden destinar una mayor proporción de tierras a la producción agrícola en detrimento de la pecuaria, lo que explica que la liquidación acaecida entre 2006 y 2009 impactara más fuertemente en la pampa húmeda (región tradicionalmente apta para cultivar) que en otras regiones, llegando incluso a incrementarse el stock ganadero en tierras "marginales" (de menor rendimiento productivo) extrapampeanas.

En el 2010 vemos que la relación incremental de precios se revierte, y por primera vez en el período estudiado el novillo aumenta más que la soja. Muchos productores aprovecharon los altos precios para liquidar sus remanentes de hacienda y salir de la actividad, y los que quedaron (incluidos aquellos que por la zona en que están no tienen la opción de destinar su tierra a otra finalidad) comienzan gradualmente a recomponer sus diezmados stocks. A futuro, a pesar de ser auspiciosas las perspectivas para el precio de la hacienda también lo son para los commodities agrícolas, especialmente si continúa la mejoría de los ingresos de Asia y potencialmente África (siempre y cuando los países emergentes puedan sortear la crisis económica mundial que continúa amenazante sin costos excesivos). Por lo tanto, no existen señales claras de que la hacienda vaya a volver a ocupar su lugar predominante en la pampa húmeda en el corto plazo.